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Monday, March 11, 2013

Venezuela: la Constitución embalsamada

Foto tomada del sitio theworldweekly.com
[Este artículo se publicó originalmente en Penúltimos Días]

Esta semana, el presidente encargado de Venezuela Nicolás Maduro anunció que el cadáver del presidente Hugo Chávez sería embalsamo para dejarlo en exposición permanente. La manera en que se ha llevado a cabo el proceso de sucesión presidencial hace pensar que la Constitución del país también está siendo momificada. 

I. Dice la
 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela:
Artículo 231. El candidato elegido o candidata elegida tomará posesión del cargo de Presidente o Presidenta de la República el diez de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional.
Al fallecido presidente Hugo Chávez —o a sus colaboradores— se le hizo incómodo cumplir esta norma el pasado 10 de enero. De modo que el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela dictaminó lo siguiente el 9 de enero de 2013:
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) sentenció que la juramentación del Presidente reelecto, Hugo Chávez Frías, puede ser efectuada en una oportunidad posterior al 10 de enero de 2013 ante el Máximo Juzgado, de no poder realizarse ese día ante la Asamblea Nacional [...]
II. Dice la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela:
Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal [...] Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional.
Al vicepresidente Nicolás Maduro se le hizo incómodo cumplir esa norma al fallecer el presidente Hugo Chávez el pasado 5 de marzo. La razón es obvia: es más fácil para Maduro ganar las próximas elecciones si se mantiene en el cargo de presidente interino que si ocupa el puesto el Presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, como establece claramente la Constitución. Y de nuevo el Tribunal Supremo de Justicia lo complació dictaminando lo siguiente:
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en ponencia conjunta, interpretó el contenido y alcance del artículo 233 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. 
Indica la sentencia de la Sala Constitucional que ocurrido el supuesto de hecho de la muerte del Presidente de la República en funciones, el Vicepresidente Ejecutivo deviene Presidente Encargado y cesa en el ejercicio de su cargo anterior. En su condición de Presidente Encargado, ejerce todas las atribuciones constitucionales y legales como Jefe del Estado, Jefe de Gobierno y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
III. Dice la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela:

Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes.
El presidente Hugo Chávez murió el 5 de marzo, de modo que para cumplir lo establecido con la Constitución se tendrían que celebrar elecciones antes del 4 de abril. Parece que a la dirigencia chavista se le hizo incómodo cumplir esa norma. Prefirieron celebrar la elección no 30, sino 40 días después de la muerte de Chávez. Sucede que el 14 de abril se cumplen once años del regreso de Hugo Chávez al poder tras el golpe de estado perpetrado contra su gobierno el 12 de abril de 2002. Evidentemente, celebrar las elecciones ese día tendría una gran importancia simbólica para Maduro, pero violaría lo establecido en la Constitución. El Consejo Nacional Electoral, mostrándose tan complaciente como TSJ, ha llamado a elecciones en la fecha que más le conviene al chavismo, el 14 de abril, como se puede leer en su sitio web:
El Consejo Nacional Electoral decidió convocar la Elección Presidencial sobrevenida para el día domingo 14 de abril, en una larga sesión extraordinaria celebrada de este sábado 9 de marzo.
Tres violaciones graves de la Constitución en dos meses, con el claro objetivo de inclinar la balanza electoral hacia Maduro, dejan en entredicho el proceso de sucesión presidencial en Venezuela. El Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral de Venezuela parecen estar dispuestos a refrendar cualquier cosa que Nicolás Maduro y sus seguidores deseen, sin importar si cumplen o no con la ley fundamental de la república. Las "lecturas" que estas instituciones han hecho de la Constitución en los últimos dos meses son lamentablemente tendenciosas. Maduro y sus asesores parecen estar convencidos de que ese es el camino para retener el poder, y de que cuentan con suficiente apoyo para tratar la Constitución del país como si fuera una serie de sugerencias que el poder ejecutivo está en libertad de cumplir o no según le convenga.

Y ese no es el único síntoma inquietante. Maduro y sus partidarios se comportan a ratos como si su proyecto gozara con un apoyo unánime o arrallodaramente mayoritario en el país. En realidad, m
ás de seis millones y medio de ciudadanos (casi el 45% del electorado) votaron en contra del chavismo en las elecciones del 7 de octubre pasado. Ningún presidente que busque el bien de su patria puede gobernar declarando traidora (o "majunche" o "pitiyanqui") a casi la mitad de la nación. 

El apoyo al chavismo de poco más de la mitad de los venezolanos se ha basado en el culto a un líder omnipresente, en la defensa de la dignidad de los más pobres a nivel simbólico y en planes concretos y extensos del gobierno para elevar la calidad de vida de las capas más humildes de la población. Maduro, antiguo conductor de autobuses y líder sindical, puede reclamar legítimamente el papel de defensor de los pobres. No se puede asegurar, sin embargo, que tendrá la misma capacidad de convocatoria que Hugo Chávez para mantener el apoyo del 55% del electorado que votó hace cinco meses 
por el presidente que acaba de fallecer.

Y la capacidad del gobierno de Maduro para ampliar —o siquiera continuar— los programas sociales de Chávez está en entredicho. La economía venezolana ha entrado una temporada de desaceleración, como explicaba 
este viernes en The New York Times Clifford Krauss en un artículo titulado "Dwindling Production Has Led to Lesser Role for Venezuela as Major Oil Power"

Nicolás Maduro es un líder menos carismático que su maestro, que recibe el poder con una economía en baja y que tiene una preocupante inclinación a ignorar las normas del juego democrático. A partir de esos presupuestos, es difícil creer que el ex conductor de autobuses guiará los destinos de su país de manera que la mayoría de "sus pasajeros" pueda tener un viaje agradable. El año próximo por estas fechas quisiera poder decir que mis temores eran completamente infundados.         

1 comment:

  1. Fan de La Salud
    Todavia recuero tus magnificos "fildeos" en La Jutia; pero no Te desanimes con la actuacion de nuestro equipo.La venganza es dulce y en el proximo campeonato mundial .......de futbol; no quedara uno vivo los haremos 'Pure de Tulipanes".Garbanzo

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